En escasos días de cumplir 64 años y casi en el aniversario de su histórica victoria en la Serie Mundial de 1981, falleció el legendario lanzador mexicano Fernando Valenzuela, conocido como el “Toro de Etchohuaquila”. Su partida ocurrió este martes, tras tres semanas hospitalizado, generando profunda tristeza en la comunidad latina y en el mundo del béisbol, donde su figura trascendió generaciones y fronteras.
Valenzuela nació en Etchohuaquila, una ranchería de Sonora, y se convirtió en un símbolo cultural y deportivo. Desde su debut en 1981 con los Dodgers de Los Ángeles, el “Toro” capturó al público con la “Fernandomanía”, deslumbrando en su año de novato con un récord de 8-0 y una efectividad de 0.50. En esa temporada de después, obtuvo los premios Cy Young y Novato del Año, además de conquistar la Serie Mundial, lo que lo transformó en un héroe de los Dodgers y un ícono latino en Estados Unidos.
Los Dodgers honraron su memoria en el primer partido de la Serie Mundial de este viernes ante los Yankees, el mismo equipo que Valenzuela venció en 1981 para darle el título a Los Ángeles. El Dodger Stadium se llenó de emotividad al ver a los jugadores portar parches con el número 34 en su honor y al presenciar el minuto de silencio. Sus excompañeros, Orel Hershiser y Steve Yeager, colocaron simbólicamente la pelota sobre el número 34 en el montículo, rindiendo homenaje al hombre que llevó la gloria al sur de California.
El juego en sí fue un tributo al legado de Valenzuela: los Dodgers vencieron 6-3 a los Yankees en entradas extra, gracias a un cuadrangular decisivo de Freddie Freeman. Más de 52,000 fanáticos celebraron el emocionante triunfo en el Dodger Stadium, grabando al Toro que desde las alturas observaba a su equipo seguir luchando por la gloria que él les regaló.
El pasado sábado, en el segundo juego de la serie, el cubano Carlos Rodón se enfrentará a Yoshinobu Yamamoto en una serie que se juega al mejor de siete. Fernando Valenzuela, quien lanzó durante 17 temporadas y pasó 22 años como locutor de los Dodgers, deja un legado inmortal que seguirá inspirando tanto a México como a la comunidad latina y al béisbol.