Estados Unidos está ajustando su estrategia comercial y podría reducir el alcance de los aranceles que planea anunciar el 2 de abril. Según informes de Bloomberg y The Wall Street Journal, la Casa Blanca busca aplicar gravámenes de forma más específica, evitando una escalada inmediata en la guerra comercial promovida por el gobierno de Donald Trump.
El paquete arancelario incluiría impuestos recíprocos dirigidos a ciertos sectores estratégicos, como el automotriz, los semiconductores y el farmacéutico. Sin embargo, los aranceles generales para estos sectores no estarían listos para la fecha anunciada. Trump, quien ha denominado el 2 de abril como el “Día de la liberación”, se enfocará en imponer medidas contra naciones con superávit comercial con Estados Unidos, mientras que algunos países inicialmente señalados podrían quedar fuera de las restricciones.
Lo que sigue sin definirse es el futuro de los aranceles adicionales contra México y Canadá. Estos fueron congelados en marzo tras negociaciones con ambos gobiernos sobre temas migratorios y el combate al tráfico de fentanilo. La incertidumbre persiste sobre si estas restricciones se reactivarán o si Washington mantendrá una postura flexible ante sus socios del T-MEC.
La noticia de un posible ajuste en la política arancelaria ha generado alivio en los mercados financieros, con Wall Street registrando avances en sus principales indicadores. Desde su regreso a la presidencia el 20 de enero, Trump ha impulsado una estrategia comercial basada en la presión arancelaria, buscando atraer inversión y reducir los déficits comerciales que considera perjudiciales para Estados Unidos.
