El proyecto impulsado por el príncipe Mohamed Bin Salman, heredero a la corona de Arabia, lleva por nombre “Neom” y es la futurista megalópolis que se levantará en mitad del desierto saudí pretendiendo albergar a 1.2 millones de personas para 2030 y a 9 millones para 2045, convirtiéndose con esto en uno de los centros más poblados de medio oriente y consolidando a Arabia Saudí como una potencia económica capaz de competir en todos los sectores.
El diseño de la ciudad será una línea recta de 170 kilómetros de largo, 200 metros de ancho y 500 de alto. Tendrá un extremo con desembocadura al mar, un tren subterráneo capaz de ir en 20 minutos de un lado a otro y dos modernos rascacielos haciéndola del centro de la ciudad. Por otro lado, y con el fin de controlar la invasión urbana, la ciudad mantendrá estrictamente su anchura de 200 metros, superponiendo casas, escuelas y parques según el modelo de “urbanismo de gravedad cero”, es decir, estratificar las funciones urbanas verticalmente ofreciendo a los ciudadanos la movilidad en tres dimensiones (arriba, abajo o a través).
Otros de los aspectos importantes de la ciudad son que: será alimentada 100% por energías renovables como la solar, no presentará emisiones de Co², no usará vehículos como medio de transporte y presentará un microclima templado todo el año con ventilación natural. El costo de la primera fase de este proyecto se estima en unos 320.000 millones de euros y está prevista de 2024 a 2030.
En entrevista para medios locales, el príncipe aseguró: “El interés principal de la construcción de Neom es aumentar la capacidad demográfica de Arabia Saudí. Y ya que lo estamos haciendo desde cero, ¿Para qué copiar el diseño de las ciudades normales”
Medios como The Wall Street Journal aseguran que de ser posible su realización y aunque sus primeros módulos comenzarán a ser ocupados en las fechas previstas, la ciudad no podría estar 100% terminada hasta dentro de 50 años como mínimo.
