Con machetes y barriacdas se organizan los damnificados para proteger lo poco que les queda.
En cuanto el reloj marcan las 7pm, la trompeta suena y las brigadas ciudadanas de autodefensa comienzan a dar rondines a pie por las calles aún sin alumbrado buscando a cualquier persona que no pertenezca a la zona para ser tratado como potencial amenaza.
“Hasta cierto punto, sí nos consideramos unas autodefensas, porque esta organización entre vecinos surge de la necesidad de darnos seguridad a nosotros mismos, de defendernos” menciona uno de los integrantes del grupo.
Tras el paso del huracán Otis, los saqueos a tiendas departamentales y supermercados no se detuvo ahí y comenzaron los robos a casa-habitación en busca de víveres, electrodomésticos o dinero en efectivo.
Los vecinos comentan que no tuvieron de otra más que unir fuerzas ante la falta de autoridad en la zona, además, están conscientes de que la ausencia de la luz y la autoridad continuará hasta tiempo indefinido.
El grupo de autodefensa incluso tuvo un enfrentamiento leve con la Guardia Nacional, pues llegaron a intentar quitar sus barricadas pues los habían enviado a limpiar escombros, pero no ayudar a los damnificados. Al no ver reacción de los vecinos los integrantes de la Guardia dieron media vuelta y ya no volvieron.
El panorama sigue siendo desalentador para gente en Acapulco y otros municipios, la ayuda sigue avanzando de manera sumamente lenta y las autoridades no hacen presencia para salvaguardar a los damnificados.