El futuro de la planta de General Motors en San Luis Potosí podría verse afectado si Estados Unidos incrementa los aranceles a productos fabricados en México. La compañía evalúa trasladar parte de su producción a territorio estadounidense para evitar el impacto económico de estas medidas.
Mary Barra, presidenta y consejera delegada de GM, señaló que la empresa cuenta con capacidad en sus plantas en Estados Unidos para absorber parte de la producción en México si los impuestos se vuelven insostenibles. “También vendemos camionetas globalmente, así que podemos estudiar el origen de los mercados internacionales. Hay cosas que podemos hacer para minimizar el impacto si se imponen los aranceles a Canadá o México”, explicó.
El gobierno mexicano sigue de cerca la situación. Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Economía, reconoció que la automotriz podría modificar su esquema de producción en los próximos meses, aunque aclaró que no se contempla el cierre definitivo de sus plantas en México.
General Motors opera en San Luis Potosí, Nuevo León, Estado de México y Guanajuato. Cualquier cambio en su estrategia podría implicar desde la reducción de líneas de producción hasta una desaceleración en su ritmo de trabajo. La incertidumbre en torno a los aranceles mantiene en alerta a la industria automotriz en el país.